Tuesday, May 8, 2012

Las bolsitas de la caca

Yo siempre llevo mis bolsitas cuando salgo con el perro. Para la caca, entendamos.

Ok, convengamos que un par de veces no he llevado por causa de olvidos o no me han alcanzado por exceso de fibra en la dieta del perro, pero el 98% de las veces tengo una bolsita. O dos. O tres (y aún así a veces no alcanza... O_o). De hecho tengo bolsitas en los bolsillos de casi todas las chaquetas y carteras que tengo...

He comprado al por mayor y he pedido con indignidad en el almacén y he perfeccionado variadas técnicas de acopio de bolsitas. Pero mi preferida es la recolección: cada vez que voy a una plaza donde hay dispensadores me hago de varias. De hecho saco bolsitas hasta que me da vergüenza que la gente me vea y si no hay gente saco hasta que o no hay más o ya no me caben más. Para este fin tengo un banano muy práctico que le lleva los implementos básicos para pasear el perro (no es tan fácil la cosa):
  • Bolsitas
  • Llaves de la casa
  • Un Blistek
  • Una pelota apropiada para Oz (marca Kong, la recomiendo)
  • Un billete secreto para emergencias (cuando no lo gastamos en helados...)
  • Celular (no está en la foto porque sacó la foto)
  • Las entradas del concierto de Pearl Jam del año pasado que se quedaron ahí desde que llevé ese banano porque era lo más práctico que tenía. Pero eso no me ayuda en nada con la caca.
Para fines del blog hice una composición paa demostrar gráficamente los contenidos del bolsito de paseo del perro (tiene otro bolsito para salidas más largas) y me fue imposible sacar una foto sin el photobomb de Oz... Pobre, pensó que íbamos a salir.





Pero bueno, el quedarse sin bolsitas hemos visto que es una realidad y -al menos yo- me veo ante tres opciones cuando eso me pasa:
  1. Hacerse el huevón cara de raja que no le importa un coco y nunca pensó en recoger la caca tampoco
  2. Mirar para otro lado como que nunca viste que el perro hizo su cosa
  3. Hacer como que se busca una bolsita y no se la encuentra y poner cara de resignación
Personalmente no me gusta mucho la opción 1. Soy más bien de la opinión de que si nadie recoge la caca de su perro las plazas serían una gran alfombra de mierda.
Reconozco que he caído en la opción 2. Sobre todo cuando estoy más o menos segura de que nadie me vio.
Pero la verdad de las cosas es que la opción 3 es la que más se me da. Lo bueno de eso es que a veces el sentimiento es genuino y a veces hay alguien que amablemente te presta una bolsita... ¿A quién no le ha pasado...? Lo malo es que ya como que te habías hecho la idea de no interactuar con la mierda y te cagaron...

Aparte de esto, hay toda otra especie de gente a la que, efectivamente, le importa una raja la caca de su perro y ni se inmutan y uno ve que claramente no pretenden ni por si acaso hacer el más mínimo esfuerzo por recogerla. A esos los desprecio y los juzgo. 

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