Sunday, June 5, 2011

El gato al veterinario

Ayer me dispuse a llevar a los gatos al veterinario. Tenían algunas vacunas algo atrasadas y la verdad es que siempre me ha preocupado un poco lo cerdo que es el Kracho (cuya última fascinación es chupar los cuchillos que dejo en el lavaplatos tras hacerme una tostada con mantequilla). Así que mi plan de sábado en la mañana fue llevarlos a los dos a veterinario.

Plan A era llevarlos a los dos juntos, para lo cual me dispuse tanto anímica como logísticamente. Los agarré a los dos medios dormidos y les puse sus arneses con éxito: casi ni se dieron cuenta. De hecho se quedaron medio dormidos en la misma mantita en la que los pillé y a lo más atinaron a mirarme algo consternados pero sin mucha sospecha de mis planes.

Perfecto, íbamos flawless! Aprovechando que estaban medio dormidos aún dejé lista la cartera, llamé al veterinario y me metí las llaves del auto al bolsillo, le dije al mono que me iba con los gatos: todo listo para la operación cut.

Y ahi fue cuando tuve que acudir al plan B... Lista y dispuesta y con toda la energía de llevar a cabo la tarea maratónica que tenía por delante agarré al Kracho en un brazo, al Demian en otro y me dirigía la puerta. El Kracho hasta ese momento se lo bancaba bastante bien. El Demian estaba algo squiggly. Pero no calculé el hecho de que un gato en cada brazo me imposibilitaba de tomar la cartera o las llaves...

Lo intenté. Heróicamente. Bien por mi. El Demian cada vez más indignado comenzó a manifestar su desaprobación por mi plan de forma verbal y bien sonora. El Kracho lo manifestó de forma uñística - en mi hombro.

Y ahi fue cuando vi que mi plan siempre estuvo destinado al fracaso... Pero no me desanimé! Raudamente solté al Demian y recurrí al plan B: llevarlos por turnos. Pues bien. Salí con el puro Kracho que a esas alturas era sólo un par de ojos gigantes y aterrados y nos dirigimos a la veterinaria: un par de cuadras en auto que bien podrían haber sido al matadero para el Kracho, porque esa fue su actitud: procurar esconderse en cualquier hoyo oscuro que hubiera en el auto a fin de evitar la inminente tragedia.

Así que llegué a sacarlo de abajo del asiento... Digna, bien digna, estacionada en la vereda luchando con el gato y cubierta de pelos en mi ropa negra recién lavada de fin de semana... Al parecer el Kracho decidió que botar todos los pelos que le sobraban en ese momento era la mejor defensa contra la muerte. COSA QUE HIZO.

Llegamos finalmente: yo toda rasguñada y cubierta de pelos y el Kracho cada vez más convencido de que no era la muerte lo que lo esperaba sino la tortura hasta el fin de los tiempos. Al menos su defensa ante eso fue no moverse más y empezar a tiritar. Al menos eso fue más manejable, pobre.

Lo chistoso de esto fue que en medio de la consulta me llama el mono y me dice como si me informara de un olvido cotidiano de llaves o papeles: "se te quedó un gato". Ante lo cual no pude sino estallar en risa ante la ridiculez de esta situación.

En resumen: el Kracho está bien (bien gordito... pesa 6 kilos!) y al día con sus vacunas y la ida del Demian el veterinario quedó para la otra semana... Enough for one day!!

PS: No hay fotos esta vez pero prometo para la próxima: es que cambié de PC a Mac :D y no he traspasado las fotos aún, cosa que pretendo hacer prontamente. Nos vemos!

2 comments:

  1. León salta sobre la cabeza de la Veterinaria :/

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  2. Jajajaja... me imagino la cara de Alejandro dándose cuenta que se te "había quedado un gato".

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