Monday, July 4, 2011

Peludos en invierno

Convivir con perros y convivir con gatos en invierno es algo totalmente distinto que extrema las diferencias entre una y otra especie y la relación que uno entabla con ellos.

Por ejemplo: todos se vuelven más melosos y cariñosos, no es raro: tienen frío y quieren abracitos. Pero de noche, cuando hay que compartir la cama y la Scaldasonno es muy distinto si es con un gato a si es con un perro... Los gatos son bienvenidos, de un tamaño aceptable, bien peluditos, calentitos, como un guatero pero que no se enfría durante la noche. A menos que mueran, pero eso es poco probable. Deliciosos y blanditos, además se acomodan a cualquier rinconcito donde quepan y se quedan de lo más quietecitos. Una delicia para compartir la cama en invierno!



En cambio los perros... los perros... sigh. Los perros sí, son calentitos, pero no son blanditos, no se quedan quietecitos, no se conforman con un pequeño espacio y al menos el mío parece crecer como 50 cm y 20 kilos en la noche!!! Yo no sé si tendrá epilepsia del sueño o simplemente al getón le gusta mucho moverse y reacomodarse de noche. Y resulta que justo sus reacomodes son de la siguiente forma: se acuesta entre el mono y yo. Ya, tierno, le hacemos algo de cariño y se duerme. Cute. Hasta que se duerme más profundo y se empieza a estirar. Yo estoy convencida que en ese proceso se le estiran las patas, porque el espacio que logra ocupar es muchísimo más del que uno se imaginaría de un humilde perro flaquito de 17 kilos.

Todo ese espacio ocupa!!


Entonces apoya la espalda contra uno de los dos y estira las cuatro patas hacia el otro. Y EMPUJA!!! perro de mierda! Cómo lo odiamos de noche!! Entonces el mono se dedica a echarlo de la cama sólo para que el perla espere un par de minutos hasta que cree que nos dormimos y se sube de nuevo a la cama para empezar el proceso otra vez... Y claro, a esas al turas el mono ya ronca pero yo ya me desvelé para siempre, o al menos por un par de horas. Y vamos empujando a los humanos de la cama.

Este es su ideal: ocupación total de la cama con erradicación de todo otro ser vivo

A esto se suma que yo ya había cedido un poco de espacio a los gatos... aunque ellos son re decentes y suelen quedarse a los pies de la cama (da el caso que la Scaldasonno también está ahí...)

Pequeñitos, moderados y más encima se juntan para ocupar menos espacio

Así que así están nuestras noches, parte batalla campal, parte juego de estrategia de tablero, de esos donde la meta es ocupar la mayor cantidad de territorio con las movidas estratégicas más inteligentes y previsoras... Y en parte delicioso porque todos juntos dormimos más calentitos!!!

5 comments:

  1. Juas, que risa me ha dado. En mi caso la solucion fue meter al perro a la cama, se queda entre los dos, y a los 10 minutos le da caloooooooor. Entonces sale por las patitas y se acuesta en su frazada o incluso en la puerta. Cuando le da frío, sube, pero se acomoda en el espacio que queda libre.
    Tal vez la diferencia radica en que mi socio pesa 30 kilos.

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  2. Ciertamente los gatos son ricos en invierno, en mi casa estamos durmiendo gato por medio, mi gata , yo, mi gato y mi marido ¿que tal? todos calentitos.

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  3. Jajajajajja lo divertido es que mientras leo la Nikkita se instaldo en la mitad de la cama y yo estoy con las patas mas dobladas que un churro y todo por que me da pena despertarla..... cuek!!!!

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  4. Uff, en mi casa la acomodación nocturna es todo un evento que toma un buen rato. Primero la Rafaela, la mas tranquila de todas, pero también la mas grande, se acomoda en la cama de mi mama, donde ultimamente ha tomado el rol del hombre de la casa, ocupando mas de la mitad de la cama, con la cabeza en la almohada y ronca e incluso a veces tiene pesadillas.
    Luego viene la acomodación de la Mota y la Lola y eso tarda mas porque los juegos, carreras, persecuciones, ataques y locuras varias duran hasta tarde. Usualmente la Mota es la primera que se cansa y cuando hace frío se va a hacer un ovillo en mi cama, adentro, y ojo que la cama es de 1 plaza y la Mota pesa como 10 kilos. Eso por si solo ya significa incomodidad, porque tal como dice AZ, un perro es como un saco de papas que no hay como mover y que mas aun, de alguna misteriosa forma se expanden durante la noche.
    Por ultimo llega Lola, aun con cuerda y ganas de morderlo todo, ahí sufren mis manos principalmente, pero a veces también mi nariz, orejas o pera. Finalmente se acomoda con un amor profundo y gran generosidad se lava sus patas y luego mis manos e incluso intenta lavarme la cara, luego, ronroneando de lo lindo, se acomoda para dormir, a veces de bufanda, a veces a los pies de la cama.
    Finalmente, por adorables que sean, mi cama sigue siendo de 1 plaza y duermo como el ajo con las "niñitas" pero me da pena molestarlas.

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