Saturday, August 6, 2011

Los peludos y el movimiento estudiantil

Mis animalillos se habían mantenido más o menos al margen del movimiento estudiantil. Hasta el 4 de Agosto.

Hasta ese día (antes de ayer) su involucramiento se limitaba a uno que otro comentario del Kracho al momento en que preparábamos la comida, pero yo más bien creo en el fondo que eran sólo maniobras distractivas para ver si se nos caía algo al piso.

El Kracho comentando lo que se cocina


Pero la cosa cambió. El movimiento llegó a nuestra humilde morada en forma de cacerolazo. Un conjunto de ruido que, además de no gustarme a nivel auditivo, me molesta a nivel conceptual.

La cosa partió más o menos modesta tipo 8:45. Pero ya cerca de las 9 y hasta pasadito las 9 y media se escuchaba bastante fuerte y en varios departamentos de los edificios vecinos. La acústica de valle entre los edificios generó un efecto amplificador parece, porque la verdad parecía venir de todos lados.

El valle de los edificios, se escucha todo!

Yo no me pude mantener al margen cuando la cosa ya era definitiva: el barrio se había unido al cacerolazo. Al tiempo que comentaba por WhatsApp con la única amiga que me va quedando casi que sufre con este tipo de cosas como yo, decidí tomar cartas en el asunto y me dispuse a manifestarme. Entonces agarré un cuerno que me traje de Bélgica que suena más fuerte que la cresta y me dispuse a tocarlo. Un poco para que no se escuchara el cacerolazo, for all the good that could do... y un poco porque la verdad es que en este mundo urbano y del todo no medieval, hay pocas oportunidades para tocar un cuerno con impunidad... La verdad es que suena tan fuerte que no tengo muchas opciones.

Este es el cuerno. Es de vaca, pero ninguna vaca murió en el proceso, or so they claim.

Así que durante un buen rato estuve en la ventana que da al valle de los edificios, tocando el cuerno.

Así, pero de noche

Ahora,  los peludos:
  • Los gatos me acompañaron con intriga y diversión en todo el proceso. Se subieron a la ventana conmigo y miraban para afuera con desdén. Por fin entendieron la postura de esta casa! Fielmente me acompañaron en la tocada del cuerno, olisqueando este maravilloso aparato que por tantos años había estado colgado en la pared, lejos del alcance de su curiosidad intrusa. Cuando todo terminó, disfrutaron de que el cuerno fuera olvidado en la cama y dieron rienda suelta a su inquisición peluda.
  • El perro no se veía por ninguna parte.
Resulta que el perro figuraba en la cocina -que es el lugar donde menos se escuchaba la bulla de afuera- aterrado, con las orejas para atrás, sin entender nada y seguramente pensando que el apocalipsis estaba empezando (cuernos de guerra, cacerolas por todas partes, yo lo entiendo...).

Tomó dos sesiones de juego y varios ricos poder sacar al perro de su estado de estupor pavoroso y convencerlo de que una manifestación ciudadana no es el fin del mundo. Quién lo diría, el perro resultó ser más facho que yo...

Así que la noche volvió a la calma y nosotros sacábamos cuentas de a quién de nuestros peludos quisiéramos tener al lado en caso de un verdadero apocalipsis. Una pista: no es café.

4 comments:

  1. Uuy!!! me estremeci con tu relato. Con eso del cuerno y tal, se me vinieron imagenes lo mismo apocalípticas que agradables...no aparecio ningun demonio porque ahi se entiende la reacción de los peludos.

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  2. Leí rápido así es que no capté si el cuerno intentaba acallar la manifestación. Lo cual me parece que la avivó aún más (me imagino la excitación de los caceroleros que escucharon el cuerno y lo interpretaron como señal de apoyo máximo y tipo Lord of the Rigns a la causa).
    Pobres peludos.
    León gozó ese momento. A él le encanta todo lo que sea fin de mundo, invasiones bárbaras, extraterrestres, destrucción.

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  3. jajaja, a lo mejor la avivó más, pero la verdad no podría decirte porque sonaba tan fuerte que yo no escuchaba las cacerolas. Esa era la idea.
    Pensé que podrían tomárselo como apoyo, pero la verdad ya me daba lo mismo, la cosa era poder usar el cuerno y sentirme Boromir, jajaja
    León es un bárbaro, un salvaje!

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  4. dali, miraba diciendo por qué cacerolean estos rotos...

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