Sunday, May 6, 2012

Un chupi: la peludez máxima

Un chupi (o langüetazo) es la máxima expresión de amor cotidiano de un peludo. Y en mi casa los apreciamos. 


El Rusty regala chupis a sus más cercanos con generosidad, on command o de forma imprevista. Nos despierta con chupis, nos recibe de la pega con chupis, nos ayuda a secarnos después de la ducha con chupis y la mayoría de sus juegos favoritos involucran chupis. Si uno le pide un chupi, el Rusty lo da con felicidad y premura. Y si uno se llega a reír en el proceso del chupi, eso da pie a un inmediato ataque de chupis. Rusty es fácil con los chupis.

Es difícil fotografiar este preciado momento. Un chupi de Oz es, si bien frecuente, rápido y esquivo a los lentes de las cámaras. Así que les dejo una foto de otro momento, pero que apreciarán:



Una foto de la lengua de Rostito, de donde provienen los chupis.

La nariz de Oz. Porque es deliciosa.

Pero un gato no es una criatura de fácil chupi. Para un gato que, convengamos, considera que los humanos somos sus sirvientes inferiores, un chupi está reservado sólo para las demostraciones de afecto entre su especie. Y aún así son escasos. El Demian sólo chupa al Kracho y vice versa. Y sólo en contadas ocasiones eso sucede.

Un chupi de un gato no es sólo una demostración de afecto. Es una investidura; es una señal de que se ha pasado a pertenecer al pequeño y selecto grupo de seres que un gato considera dignos, sort of. Un cut no da un chupi a cualquiera. Es más, debo decir que yo sólo he sido investida con este honor un par de veces. Y sólo por el Demian. Y un gato de unos monjes en Tailandia -o Siam-, pero el mono nunca me ha creído la historia, la cual contaré otro día.

Pues bien, esa economía de guerra con los chupis terminó hoy. No sé si habrá sido el frío o qué, pero hoy en la mañana llegó el Demian, se me encaramó, demandó atención y la pagó con chupis. Una plétora de chupis ásperos y pegajosos, alergenos y preciados que continuó sin cesar hasta que tuve que ir al baño a lavarme la cara porque ya me ardía de lengua de lija. ¡¡Delicioso!!

Creo que hoy culminó, tras cinco años y medio, el período de prueba del Demian hacia mí. Hoy me ha considerado digna y me lo ha hecho saber. ¿Me espera otro baño de chupis del Kracho el año que viene? Los mantendré informados.

InstaDemian
InstaKracho

1 comment:

  1. Qué bueno que retomaste. Siempre simpáticas las historias de tus cuts y Rusty. Contunúa. Ma

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