Sunday, April 3, 2011

Rompí al peludito :(

Rusty venía cojeando intermitentemente hace algunos días. En distintas patas, por lo que nos preocupamos mucho, ya saben cómo dice el dicho de las cojeras de perro... Pero ayer en la plaza también cojeaba y como ya era mucho le revisamos las patitas. Resulta que tenía ampollas reventadas en todas sus patitas, en los cojincitos. Sobre todo en las de adelante. Por eso cojeaba con patitas de forma intermitente: porque le dolían todas!!

Revisamos la historia de la semana y finalmente atinamos que el día que me lo llevé a la oficina el pobre salió a jugar al pasaje como a las 3 de la tarde, con harto calor y ahí debe haberse hecho ampollas en las patitas, las que se le fueron reventando en la semana y le quedó la carne ahí expuesta. Pobre.

Lo que me llevó a recordar otro triste episodio de cuando Tostito tenía 3 meses y era una de las primeras veces que lo sacábamos a pasear y correr a la plaza. Era invierno y yo andaba con bototos. Hacía frío. Corríamos por el pasto y pasamos por un árbol de raíces asomadas, donde me tropecé con el cancito pequeño y lo pisé. Chilló de estremecedora y espeluznante manera, yo pensé que había arruinado el cachorrito. Por suerte, sólo le duró unos días, claramente menos de lo que a mí me ha durado la culpa.

Era así de pequeñito y yo lo pisé con toda mi humanidad
Y lo peor es que Rusty no ha sido el único damnificado de mi torpeza, el Demian me dio un susto dantesco hace un par de años. Por mi culpa, again. Resulta que le había traído un collar bien bonito de Estados Unidos y se lo había puesto hacía unos días. Un domingo lo encontré un poco apretado -Demian había crecido- y se lo solté un poco. 

Demian con su collar

Ese día fui a almorzar con mis papás y el Demian, como siempre se quedó en el departamento, cuidándolo fielmente. Yo debo haber salido a eso de la 1 y volví como a las 4. Abrí la puerta, como siempre y la escena que me encontré era sacada de película de terror: me esperaba el Demian, mudo, exhausto, cubierto de sangre de la boca a las manitos, entero chorreado.

Pasado el shock inicial de qué cresta le pasó a mi gato, corrí a ver qué le pasaba y rápidamente caché que se le había enganchado el collar en la boca, al tratar de sacárselo. La estúpida se lo había dejado demasiado suelto y ahora había roto a mi gatito. 

Atiné lo más rápido que pude a cortar el collar y a evaluar cuán rota tenía su boquita. Lo limpié un poco y por suerte vi que no tenía roto mucho más que las comisuras de la boca, las que sangraron mucho y por eso estaba bañado en sangre, ¡Pobrecito! Quizás cuánto tiempo había estado así...

Después encontré manchas de sangre en las puertas donde me fue a buscar por si estuviera yo durmiendo en la pieza, lo más triste que hay...

Lo llevé al veterinario de urgencia (obviamente que estas cosas pasan en domingo) y le vieron su boquita. Se rompió las comisuras y la lengua, pero por suerte nada grave. Lo desinfectaron y me lo pude llevar a la casa con una dieta de pura comida blanda en lata porque le dolía la lengüita.


Así que hoy no me siento la mejor madre de peludos del mundo. Me siento más bien penca. Por suerte el Krachito aún no cae ante mi torpeza, espero que no lo haga.

Y bueno, al menos hasta ahora los pobres me han logrado sobrevivir. Y lo peor es que me quieren con una incondicionalidad insospechada. No les importa nada. El Demian ni me miró con desaprobación tras ese incidente -como suele hacerlo todo el resto del tiempo-, sólo con agradecimiento, como si yo fuera lo mejor que le podía pasar en ese momento: la solución a todos sus males. Lo mismo Rusty cada vez.

I hope I can live up to their expectations.

5 comments:

  1. Los imponderables siempre ocurren, se le entierran espinas en los cojinetes, se lesionan la pata creyendose del circo del sol, nos atacan perros en la calle y nos dejan pal loli. En fin, es parte de la relación, de la vida misma.

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  2. No te aflijas, al Rusty se le van a pasar las ampollitas, no lo lleves a los parques hasta que se cure. Te acuerdas cuando mi Blu pisó una abeja y la picó? Eso también pasó. :)

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  3. Primero, mala de porqueria si el perrito cojea tenis que revisarle las patas enseguida no luego de que cojee mucho
    segundo, cagaste no puedes evitar que al pelota se le quemen las patas, ojo cuando lo lleves a la playa porque la arena caliente se le mete en los dedos y esa wea si que les duele y lo peor es que no se nota ( al toni le paso)
    tercero, este blog se llama peludo y yo no peludo yo y los gatos pulguientos sin bolas hasta deberemos seguir leyendo acerca de los antipaticos esos que nadie quiere pulguientos mas encima no ve que le pueden pegar los bichos al perrito

    atte
    Ram the cathater

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  4. Ram, eres mi primer hate mail!!!! :D

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