Monday, March 21, 2011

El Pacto

Demian y yo tenemos un pacto. Hasta hoy, los dos hemos cumplido fielmente nuestra parte del pacto. Este pacto es simple: el Demian tiene que quererme y abrazarme cada vez que yo estoy triste y yo lo cuido y procuro mantener satisfechas todas sus necesidades.

Básicamente este post pretende echar por tierra todos aquellos mitos de personas malintencionadas que difaman a los gatos diciendo que no son cariñosos, que son ariscos y que no se puede confiar en ellos. Para mí es todo lo contrario: el Demian viene cuando lo llamo, siempre quiere darme un abracito y nunca nunca ha hecho algo que me haga dudar de su lealtad (el hecho de que el 80% del tiempo me mire con desprecio no cuenta).

Tengo fotos que prueban lo que digo:
Esta es mi favorita, ya que despliega nuestra maldad conjunta de innegable manera.


Estas son de recién y son las que inspiraron este post.


Y esta es sólo por la chochera y para probar mi punto: los gatos son, en efecto, criaturas infinitamente cariñosas.

De hecho, más temprano que tarde, se vuelven hostigosos, con abrazos plagados de alergia que parece que no tuvieran intención de terminar. O con ochos interminables entre los pies de uno.

El Kracho suele hacer esto cuando quiere algo, habitualmente comida. El Demian parece hacerlo de forma más desinteresada.

Claro que distinto es cuando se vuelven cariñosos en invierno: esto es simplemente porque tienen frío y quieren usarnos de abrigo o guatero. Todas motivaciones loables en el caso de animales que son capaces de buscar el único punto de la casa con un rayo de sol en los días más calurosos del verano mientras nosotros los humanos nos preguntamos si realmente vamos a sobrevivir los 34 grados...

De todas formas quiero establecer -y espero haberlo probado de gráfica manera- que los gatos no son ariscos por defecto (a menos que los hostilicen y, en ese caso, yo también lo soy) y que son capaces de tanto o más cariño desinteresado (e interesado también, para qué estamos con cosas) que los perros.

Volviendo al pacto, debo decir que con el Kracho no tengo un pacto. Nuestra relación no es así, el Kracho no es así. ÉL es un espíritu libre. Él no está regido por una ley superior ni está llamado a obedecer a nadie en destinos de grandeza. Para bien o para mal, el Demian y yo sí y por eso nos calza y nos acomoda el tener un pacto. No porque de otra forma no nos fuéramos a comportar de la misma forma, sino porque simplemente a veces la vida de los elegidos es así.

¿Alguien ha tenido un pacto con un peludo?

3 comments:

  1. Yo me case con una mona peluda!
    eso cuenta como pacto no?

    ReplyDelete
  2. Eso es una falacia! Y sí, sí cuenta!! :P

    ReplyDelete
  3. tener preferencia por alguno de los hijos no es bueno... haz un pacto con Kracho de espiritu libre que sea...
    Nini

    ReplyDelete